A la junta directiva de RIM (Research In Motion), la gente de Blackberry le vendió la idea de que se podían vender más de 2.4 millones de unidades de su tableta PlayBook. Y si hay algo que no le gusta a los directivos de las grandes corporaciones es que les prometan oro y, a cambio, se les entregue oropel. Tras pocos meses de su lanzamiento mundial, y con apenas 900.000 unidades vendidas (lo que da un diferencia de 1.500.000 unidades, si no falla la calculadora), la preocupación se apoderó de todos en la empresa canadiense.
Incluso se conoce que se redujeron los números de producción ante la escasa demanda de la tan anunciada tableta. Los pormenores de porque no se conquistó el mercado como se esperaba, ya los analizarán los expertos. Tal vez, y esta es una suposición personal, es que RIM pecó de soberbia y pensó que con tan sólo ponerle a este producto su sello Blackberry, bastaría para que se hicieran largar filas de gente anhelando comprar una de estas tabletas. Y con Apple y su iPad de por medio, hay que apostar a algo más.