Sexo "made in Japan": en extinción.

Los japoneses nunca dejan de sorprendernos. Bien sea por sus maravillas tecnológicas, por su capacidad organizativa, o por sus "llamativas" prácticas sexuales. 

Hace años nos llegó desde tierras niponas la noticia de un asaltante sexual, en el metro de Tokyo, que se dedicaba a dormir a sus víctimas, mujeres todas, para lamerles los pies. No las violaba, no. Les quitaba los zapatos, las medias, y se daba un banquete pasándoles la lengua desde la planta hasta los tobillos, para luego huir corriendo dejando a las incautas babeadas e inconscientes. ¡Toda un obra de arte!

De data más reciente fueron las tendencias a pasarse la lengua por los globos oculares (Eyeball licking)

Eyeball Licking y Tsuke-Yaeba.

buscando encontrar el Nirvana sexual en los fluídos de los ojos y, entre las japonesas más jóvenes, a desalinear sus dientes, en particular los colmillos (Tsuke-Yaeba), como un símbolo de la nueva belleza por aquellas tierras. Sin olvidarnos de todas las "curiosidades" (por calificarlas de alguna manera) que nos llegan a través de videos sexuales, programas de concursos, entre otras chucherías asiáticas. Así son los japoneses.

Ahora, nuestros animados amigos asiáticos, dan un paso más en eso de diferenciarse del resto del planeta. 

Sexo virtual en Japón

La reportera Abigail Haworth, del periódico británico The Guardian, ha publicado un encuesta realizada entre los jóvenes nipones por la Asociación Japonesa de Educación Sexual (¿Ah, pero tienen una?) que arroja unas cifras más que llamativas y, para algunos, preocupantes: Los japoneses más jóvenes han renunciado al matrimonio, a los noviazgos y, he aquí lo alarmante, al sexo. Así es. Al parecer los muchachos de allá decidieron alejarse de cualquier forma de contacto físico, sobre todo intímo, por parecerle, a muchos, desagradable. Por lo que ahora la mayoría de las relaciones que mantienen los jóvenes, a nivel sentimental, son platónicas, virtuales, y se ennovian con aplicaciones para smartphones o computadoras, o con muñecas sexuales. Es buena la tecnología, pero tampoco exageremos chicos. Veamos las cifras:

El 40% de los estudiantes afirmó ser vírgen, entre tanto que el 45% de las mujeres entre 16 y 24 años

Los noviazgos virtuales no acarrean compromiso

dijeron no estar interesadas en el sexo, o lo desprecian. Por su parte el 25% de los hombres entre las mismas edades comparten esta opinión.  En 2011, una encuesta encontró que el 61% de hombres solteros, y el 49% de mujeres, entre los 18 y los 34 años no estaban involucrados en ninguna relación sentimental (al menos con personas de carne y hueso) desde hacía al menos 5 años antes de dicha encuesta. Todos estos números tienen una razón de ser, y es que los japoneses prefieren mantener relaciones sentimentales con muñecas inflables, o robóticas, (de las que abundan por allá), con otras personas, (eso sí, a través de la pantalla de sus computadoras, tabletas o celulares), o con novias(os) virtuales, (¿recuerdan los Tamagotchi?), a las que pueden ver, cambiar y desechar a su antojo sin preocuparse por asumir compromisos mayores, como el matrimonio, por ejemplo.

Esta moda del celibato, el amor por lo virtual y la difícil situación económica en todo el mundo, hace que, por ejemplo, el año pasado hubieran poco más de 1.000.000 de nacimientos en Japón, la cifra más baja en los últimos 16 años. Además está creando una generación de lo que llaman algunos "solteros parásitos": mayores de 30 que siguen viviendo con sus padres. Esto fomenta también la aparición de nuevas "clases" de personas como los herbívoros (Soshoku Danshi) que son heterosexuales sin ningún tipo de apetito por el sexo, o los recluidos, los encerrados (Hikkikomori), que no salen de sus habitaciones para nada.

Muñeca robótica japonesa

Esto no es más que la muestra de la invasión, siempre en aumento, y de la adicción a la tecnología que hace de las suyas en la tierra del sol naciente. Y aunque lo veamos como lejano, debemos mirarnos nosotros, porque sin llegar (aún) a esos extremos, nuestra dependencia de todos estos nuevos gadgets que nos llegan a diario, no hace más que crecer exponencialmente. Ahora preferimos olvidarnos en casa la billetera que el celular. 

¿Es ese el futuro que nos espera: Poco o ningún contacto humano? ¿Qué pasa allá en Japón?

Queridos amigos japoneses, todos, para concluir, un par de anotaciones:

- Las mujeres japonesas nunca van a tener los ojos grandes y redondos. Así que... ¡Supérenlo!

- ¿Les gusta la anguila cruda en el sushi y sin embargo les disgusta un pene? ¡Pero si lucen iguales!

- Recuerden que el tamaño promedio del pene en Japón no es muy allá... Así que no se preocupen, que la primera vez... no les va a doler.

Así que ya saben...

Saludos y Paz.

Cifras tomadas de The Guardian.

Imágenes cortesía de Google