martes, octubre 22, 2013

¡Mi Reino por un iPhone! O mis hijos...

Fue Ricardo III, Rey de Inglaterra, quién gritó ¡Mi Reino por un caballo! viéndose perdido, en el suelo, con sus enemigos listos para matarle, como en efecto sucedió en la batalla de Bosworth. En ese preciso instante, aquella frase tuvo mucha validez: de que vale un reino entero si no tienes un sólo caballo para huir de tu trágico destino. Lo sencillo por sobre lo opulento. Lo necesario por sobre el poder.

Tomo la frase del Rey para referirme a la pareja china que, poseída por el más profundo y absurdo
Locura en China por morder la manzana.
espíritu medieval, decidió vender a su hija (una de tres) para comprarse, entre otras cosas, el smartphone de la manzana a medio morder. Por supuesto ellos no tenían un Reino que ofrecer a cambio del aparato, así que, echando mano de lo más preciado que tenían, optaron por deshacerse de la niña. ¡Todo un simbolismo! Y conste que digo preciado en un alarde de benevolencia para con estos seres.

Este hecho surrealista sucedió en Shanghái y la pareja ya esta siendo procesada por tráfico ilegal de personas. La pareja alegó que buscaba darle un futuro mejor a su hija, que ya tenían dos y la tercera significaba una carga muy pesada. Así que decidieron "publicarla" en un sitio web de adopciones, y con el dinero obtenido por la "mercancía" vendida no demoraron en irse de shopping: zapatos deportivos de marca, ropa y un iPhone. ¿A cómo se paga el kilo de hijo estos días? ¡Oh, humanidad!


Pero aquí nos detenemos y miramos con más detenimiento la noticia. 

En China son comunes las adopciones ilegales.
Claro que es trágico y bochornoso que alguien venda a uno de sus hijos, seguro. Pero es más triste que la noticia haya tenido repercusión porque había un iPhone de por medio. A ver, casos así, de venta de niños, en China se dan por montones, y la mayoría pasan por debajo de la mesa, sin que nadie los mire, sin que se les dé mayor relevancia. Solamente hasta que hay algún icono de consumo de por medio, es que estos se hacen visibles y son noticia, bien sean gadgets, artículos de marca deseados por todos o incluso celebridades, de esas que adornan las revistas alrededor del mundo. Ahí sí que importa la noticia. 

No olvidemos, además, las circunstancias de miseria que rodean a millones de familia en China, país que no es precisamente un ejemplo a la hora de velar por los derechos humanos. Si a eso le sumamos la famosa Política de hijo único, implementada en los años 70, que prevé multas a quienes tengan más de un hijo en las zonas urbanas y más de dos en las rurales, tenemos un caldo de cultivo perfecto para que todos estos casos de venta de niños, trata de personas, sean comunes en el país asiático y se den por miles. Dicha política, además, ha ocasionado que haya actualmente más hombres (34 millones) que mujeres en China, sin contar que desde su promulgación haya habido más de 300 millones de abortos a manos de los médicos chinos. 

Sin buscar defender, ni siquiera justificar, a estos locos de atar, ya lo ves: si no hubiera salido a relucir el nombre del celular de Apple no nos habríamos enterado de este caso, como no nos enteramos de los otros de miles.

¿En serio tanto vale un iPhone? ¿O un Galaxy S4? ¿O un Ferrari? ¿Tanto así cómo para querer vender a un hijo, o sacarte un riñón? A mi se me hace increíble ver cómo le hemos asignado tanto valor a cosas que no lo tienen. Además, si  las condiciones en que trabajan quienes hacen estos productos sirvieran de medida para valorar el resultado final de estos símbolos de status, te aseguro que valdrían menos que lo que le sale a mi amigo de cuatro patas por detrás después de comer.

Tanto tienes, tanto vales... No lo creo.

Saludos y Paz.

Imágenes cortesía de Google.
iPhone es una marca registrada de Apple.
Galaxy S4 es una marca registrada de Samsung.


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