Vergüenza a la francesa.

Agricultores franceses (en teoría), cubiertos los rostros con pasamontañas, hacen piquetes, detienen camiones provenientes de España cargados de frutas y hortalizas, y vacían su contenido arrojándolo al suelo. Esas son las imágenes que se ven en las noticias. Lo triste y vergonzoso no es el tema de este boicot y ataque a los productos de uno u otro bando, no, lo verdaderamente horroroso es que mientras esto sucede, en Somalia, personas, en especial niños, mueren de hambre cada día. ¿Es ese el ejemplo que se le quiere dar a estos somalíes que ruegan por ayuda, y que matarían por una de estas frutas arrojadas al suelo sin remordimiento? ¡Vaya mierda de mundo! gritarían sin duda estos hermanos africanos, si tuvieran acceso a estas imágenes.

Arrojando peras.

Niños somalíes al borde de la muerte.

Miremos las imágenes, hagamos un ejercicio mental y, comparándolas adivinemos que anda mal en cada una de ellas.

Comida desperdiciada.

Niños somalíes alineados esperando ayuda.

Es realmente triste, vergonzoso, y falto de toda cualidad que nos hace humanos, el ejemplo que nos dan estos ciudadanos de países llamados de primer mundo. Sin generalizar, claro. Mientras otros luchan a brazo partido por  hacer más llevadera la situación en en país africano.

Imbéciles.

Refugiados.

Así va este mundo. Por cada fruta tirada con desprecio, un niño se aferra a la vida con el hambre atenazándole las entrañas.

Vaya desde aquí un llamado a la compasión y a acabar con estos estúpidos ejemplos  que se desdicen con lo que deberíamos ser en realidad.