Así es el fútbol.
Partido trabado, complejo, feo por momentos y en el cual se demostró que, no importa quién merezca ganar, la diosa fortuna a veces mete la mano con capricho. El primer tiempo fue parejo, con oportunidades de ambos lados, sin fortuna en los arcos. En el segundo tiempo se vio a un Paraguay desgastado, sin muchas ideas y con la suerte de jugador doce. Tres tiros al palo de la vinotinto decretaron que no era el día para ganar. En la prórroga de nuevo salió Paraguay con el cansancio del partido previo, sin rumbo y dejándose arropar por los venezolanos, que no supieron rematar cuando tenía que hacerlo. ¿Es justo finalista Paraguay? Tal vez no. Pero como dice el título de esta entrada, así es el fútbol, y sin ganar ningún partido, en tiempo reglamentario, puede llegar a alzar la copa. Nos duele que nuestro equipo haya perdido de la manera en que perdió, pero logró lo impensable para muchos, colarse entre los cuatro primeros, con más mérito que algunos.
Los goles:
Penales: Néstor Ortigoza, Lucas Barrios, Cristian Riveros, Osvaldo Martínez, Dario Verón (Paraguay)
Giancarlo Maldonado, José Manuel Rey, Nicolás Fedor (Venezuela)
Lo que nos gustó: la entrega de los muchachos de nuestra selección vinotinto, que jugaron a lo suyo, sin complejos, y haciendo méritos para ganar ante un equipo mundialista.
Lo que no nos gustó: la eliminación injusta. Lo pobre que lució Paraguay, cuando tiene equipo para más. Lo extra deportivo al final del partido.
Honor a quien honor merece. La vinotinto hizo historia y todavía le queda el juego por el tercer lugar.
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