Muy buen partido protagonizaron Holanda y México. No pudieron los mexicanos tomar por asalto los cuartos de final y sucumbieron, una vez más, a esa especie de maldición que los condena a quedarse en octavos. A pesar de tener equipo más que suficiente para encarar el compromiso ante los tulipanes, y de ponerse arriba en el marcador, no pudieron contener los embates sistemáticos de Robben y compañía, lo que terminó por sacarles del mundial mediante penalty en las postrimerias. Una pena. Pintaban para más.
El segundo partido era, más o menos, lo que se anticipaba: dos equipos parejos moviendo piezas de ajedrez sobre el gramado intentando no cometer errores. Pegaron primero los ticos y aguantaron, aún con un hombre menos, hasta los últimos minutos del segundo tiempo. Y aunque Grecia atacó, a veces con desgano, logró el empate tras un rebote otorgado por el gran Keylor Navas, portero de Costa Rica.
Alargue y penalties que le dieron la victoria a los aguerridos costarricenses, dejando en claro que dejaron de ser sorpresa para pasar a ser tomados en serio.
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